Es verdad lo que dice David Ortiz, no se ha visto en Grandes Ligas a otro jugador a quien ataquen tanto con ese asunto de si su poder al bate es natural o si ha estado dopándose para lograr sus metas. Son más de ochenta pruebas que le han hecho en los últimos años y no han podido probarle que esté usando esteroides. Pero, lo atacan de todos lados, parece que a mucha gente le duele lo que él puede hacer con su bate a favor de los Red Sox.
Eso sí, vamos a estar claros. En Estados Unidos hay una doble moral muy marcada con eso de los esteroides. Sí, porque todo el mundo allá sabe que desde hace más de tres décadas es un relajo eso de conseguir esas sustancias en cualquier gimnasio de cualquier estado de esa nación.
Una cosa más debe causarle mucho dolor a los detractores del Big Papi, es que el hombre no disminuye su producción por más que lo ataquen. Eso es palos y palos con todo el que se le enfrenta. Así es la cosa, ese es el precio que hay que pagar por ser buen atleta, por triunfar donde otros fracasan y por mantenerse arriba cuando otros quieren lo contrario. Que Dios lo siga ayudando de esa manera, que él se lo merece. Bastante que ayuda David Ortiz a los niños con problemas cardíacos de nuestra nación, además de muchas otras obras de bien social que hace por doquier. Que siga hacia arriba como los grandes, que ahí es donde Dios quiere que él esté y eso es todo lo que importa, la voluntad del Creador.
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