Occidente está apenado, completamente apenado, por lo que ha sucedido en Francia hace apenas dos días. Los ataques terroristas perpetrados a la ciudad de París han dejado un cuadro tan conmovedor que el más insensible de los mortales siente como se le oprime el corazón al enterarse del creciente número de víctimas de dichos actos de terror y la consecuente situación de emergencia declarada en Francia… sí, está fuerte el asunto. Mas, yo creo que es hora de que todos entendamos que los constantes bombardeos a tierras sirias e irakíes también dejan una secuela de terror y muerte en ese lado del mundo. Que si bien es cierto que nada justifica el ataque inmisericorde a civiles parisinos que asistían al teatro, a terrazas, bares, estadios, etc. A despejar sus mentes luego de una semana laboral extenuante, no es menos cierto que hay países del mundo que nunca tienen el chance de disfrutar ratos de ocio o esparcimiento junto a sus amigos y familiares, porque sus respectivas situaciones son tan calamitosas que ni siquiera soñar con vivir en calma pueden, mucho menos salir a divertirse con los amigos. Sí, todo esto es bíblico, lo sabemos bien. También lo es el hecho de que podemos dar amor a nuestros semejantes sin que nos cueste un solo centavo ni un pequeño esfuerzo… es sólo dar amor con el corazón, con nuestras intenciones, con voces que pidan al mundo que interrumpan las guerras y busquemos la comprensión. Sí, podemos brindar amor.