El asunto electoral en Dominicana es sencillo, bastante sencillo en realidad, porque todos los políticos saben que aquí la trampa y los trucos electorales son la regla y no la excepción. Es más, yo creo que sucede lo mismo en el noventa y nueve por ciento de los países latinoamericanos, al menos eso es lo que parece y lo que se percibe a través de las noticias internacionales. Más, volviendo a enfocarnos en Dominicana, el político que se inscribe a participar en unas elecciones o decide apoyar a otro candidato, lo único que puede tener cien por ciento seguro es que las trampas y los trucos no van a faltar. Así que no se quejen, porque ustedes sabían que eso venía. Lo inteligente es tomar todas las precauciones necesarias para que no resulte tan sencillo que le hagan trampas. Por ejemplo, desde que se terminen todos estos líos de actas sin contar, valijas desaparecidas y demás disparates, la oposición y todo el que esté interesado en que la política sea más limpia en Dominicana debería concentrarse en que podamos aprobar una verdadera ley de partidos políticos, una ley que rija los comicios electorales y que exija claridad en las reglas de juego, pero, eso no va a pasar. Lo que sucederá es que ahora se van a poner a perder tiempo y en el año 2019 van a comenzar a fastidiar con aprobar una ley que al final no se va a aprobar por falta de tiempo, porque son muy pocos los políticos que quieren asegurarse de que la política dominicana se juegue de manera limpia. Es el cuento de nunca acabar.
martes, 31 de mayo de 2016
jueves, 12 de mayo de 2016
El inmenso ruido de la política dominicana.
Dominicana ha estado inmersa en campañas políticas consecutivas desde hace veinte años. Específicamente desde 1996, año en que se instauró la separación de las elecciones presidenciales y congresuales, los dominicanos no hemos podido descansar de las constantes campañas políticas y el inmenso ruido que eso conlleva, sin mencionar el hecho de que en la televisión hay que soportar a los llamados "bocinas" de los partidos políticos que aparecen conduciendo programas supuestamente de comentarios y en realidad son simples "politicuchos" que se alquilan a la propaganda política que les paga sus servicios. Uno suspira esperanzado cada vez que llegan estos tiempos en que se elegirá al presidente y demás cargos políticos de nuestro país, entonces creemos que descansaremos por un tiempo, claro, luego del respectivo "pataleo" de los perdedores y las respuestas festivas de los ganadores. Los pasados cuatro años fueron algo traumáticos en ese sentido, porque no hubo tregua con el ruido de la campaña. A pesar de haberles concedidos seis años consecutivos al congreso actual, también a los alcaldes, para poder unificar de nuevo las elecciones congresuales y presidencial, no hubo tregua porque el presidente Danilo comenzó temprano sus preparativos para prolongar su estadía en el palacio y desde el comienzo de su gestión gubernamental se observaron "simpatizantes" listos a presionar para que se modificara la constitución de República Dominicana para que Medina pudiera presentarse de nuevo a las elecciones. Aquí estamos, en el tramo final, listos a elegir al presidente, congresistas, alcaldes, regidores, y sobre todo un merecido descanso de las campañas políticas. ¿Sucederá de verdad o estaremos pidiendo demasiado?
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