Fue un verdadero caballero de la locución, ejemplo para un gran número de dominicanos que desde niños escuchábamos las intervenciones comerciales del profesor Juan Nova Ramírez a través de las transmisiones escogidistas, estrellistas y, desde hace más de dos décadas, desde la cadena azul de los Tigres del Licey y nos emocionábamos tanto que repetíamos sin cesar aquellos anuncios comerciales que en otras voces podían ser tan indiferentes pero que en la voz elegante del profesor Nova Ramírez adquirían tal prestigio que uno quedaba envuelto en una inexplicable nebulosa de fantasía radiofónica o televisiva, según fuera la ocasión, y un ponche del bateador de turno se convertía en otra oportunidad de escuchar el otro swing… el que se hacía fuera del diamante y desde la cabina de transmisión. Era el turno del profesor Nova Ramírez y ese sí que nunca fallaba, siempre la conectaba de jonrón: "No se ponche, tome ponche Crema de Oro y el placer es suyo…" o "Lo ponchó y lo pintó con la mejor pintura ¡Pintura Popular!". Sí, éramos niños que crecimos sintiendo admiración por ese extraordinario locutor que nos daba consuelo cuando el equipo perdía, porque nunca se dejó conquistar del fanatismo ni del apasionamiento que busca excusas e incluso culpables o justificantes para una derrota. ¡No! El profesor Nova Ramírez mantenía su elegancia en todas las circunstancias, ya quisiera nuestra nación que todos los locutores deportivos aprendieran las lecciones que él nos dejó como legado. Era lo mismo cuando los liceístas celebrábamos una victoria de nuestro equipo, la misma armonía en su voz, la misma caballerosidad que lo caracterizaba para con el equipo contrario, sin importar cuan inadecuada hubiera sido la conducta de sus locutores cuando el Licey jugaba como visitante. El profesor no sólo enseñó locución desde la escuela Otto Rivera o desde todas las emisoras radiales en las que trabajó… sencillamente brindaba educación gratuita desde la cabina de transmisión en la pelota invernal: con su gentileza, su dicción y su voz. Mucho tiene que ver la conducta de Juan Nova Ramírez en la cadena azul con la forma en que los liceístas se comportan en el estadio, esto lo digo sin exagerar. Es que todos crecimos escuchándolo felicitar al contrario ante el triunfo de este y sin que jamás se escuchara denostar al otro equipo. ¡Un auténtico caballero!La noche del martes 5 de mayo del 2015, al escuchar en las noticias que Juan Nova Ramírez había pasado a mejor vida, se me ocurrió pensar que sería difícil no extrañar su voz en la próxima temporada de béisbol invernal, que el Licey y los liceístas estamos de luto ante tan gran pérdida y que la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana se quedaba sin el mejor locutor comercial que ha conocido la pelota dominicana en toda su historia. La tarde se entristece al tener que atestiguar su despedida, el viento sopla tímidamente en el cielo azul liceísta que hoy lo ve partir, pero, los que tuvimos la dicha de aprender de su ejemplo seguiremos recordándolo durante mucho tiempo y damos gracias a Dios de haberlo tenido entre nosotros. Si en el cielo se realizan transmisiones deportivas, es seguro que el profesor Nova Ramírez seguirá dando muestra de su maestría en la locución comercial. ¡Gracias Profesor, siempre lo tendremos presente!
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