James Brewster, embajador de Estados Unidos en República Dominicana, dijo ayer en la Cámara Americana de Comercio en nuestro país que la solución a la corrupción nos corresponde a nosotros mismos hallarla e implementarla. Tal parece que el hombre no ha hecho su tarea de historia. Si la hiciera, se daría cuenta que la corrupción más grande en nuestra nación comienza cuando los empresarios y funcionarios estadounidenses compran a los corruptos desalmados funcionarios del gobierno dominicano para que les faciliten adquirir licencias que les permitan iniciar sus negociaciones con prontitud. Los cables de wikileaks dejaron claro que muchísimos empresarios extranjeros se han quejado de las grandes comisiones que deben pagar a los funcionarios del gobierno dominicano para que les sean aprobadas las licencias y permisos necesarios para operar sus comercios en nuestro suelo, pero, en vez de denunciarlos públicamente, como es debido, prefieren pagar dichas comisiones y quitarse ese peso de encima. Díganle a Brewster que a ellos les resulta más fácil ayudarnos a eliminar la corrupción, simplemente con denunciar a los funcionarios que cobran comisiones por hacer su trabajo. Que comiencen por hablar de la investigación de los aviones Tucanos. Que le digan al pueblo dominicano los nombres de los criollos involucrados en las negociaciones que envuelven también a empresarios brasileños y norteamericanos y cientos de millones de dólares con un grandísimo monto pagado en comisión. Así sí podemos empezar a desmantelar las mafias corruptas en la política dominicana.
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