El príncipe saudí, Alwaleed Bin Talal, demandó a la revista Forbes porque en la lista publicada por esta institución se le asignó el puesto 26 entre los hombres más ricos del mundo con una fortuna de 20 mil millones de dólares, pero el príncipe dice que él tiene 30 mil millones de dólares y que la revista económica Forbes le subestimó su fortuna. ¡Qué buena pela! Al hombre de seguro le preocupa que las acciones en sus múltiples empresas puedan descender debido a la publicación que la revista hizo en Nueva York. Porque Forbes tienen poder, influencia y credibilidad.
Lo raro del caso es que la demanda fue presentada por ante los tribunales en Londres y la publicación fue en la gran manzana. Es una de dos: o el príncipe y sus asesores legales son algo tarados, que no se percataron de donde debían introducir la demanda, o sencillamente al príncipe no le interesa mucho obtener ningún fallo sobre esa demanda sino que solo quiere la publicidad para decir al mundo que en realidad él es diez mil millones de dólares más rico que lo que dice Forbes y así cuidar la estabilidad de sus acciones en la bolsa de valores. Me quedo con la segunda.
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