Hoy en día nadie hace mucho caso a una sola de las declaraciones que hacen Vincho Castillo y sus hijos. Es increíblemente vergonzoso, después de haber ocupado un sitial preferencial en la opinión pública dominicana de los años ochenta y comienzo de los noventa, hoy Vincho es, a los ojos de los dominicanos, una bocina más que se vende a los intereses del patrocinador de turno. Después de que se convirtió en servil lacayo de Leonel Fernández se fue desprestigiando más y más hasta llegar a lo que es hoy… una bocina más. Los hijos van por un camino todavía peor: Pelegrín pasó por el Ministerio de minería y a su salida dejó un escándalo armado, pero, como siempre sucede aquí en R.D. dicho escándalo dejó de mencionarse sin que se ofrezca una explicación pública al respecto; el otro, Vinicito, con todo y que sus declaraciones acerca del tema haitiano son compartidas por la mayoría de nuestros compatriotas, ni aún así logra ganarse la simpatía del pueblo. Por eso es que el asunto de la demanda de inconstitucionalidad sometida por ellos y su partido, Fuerza Nacional Progresista, no concita atención ni apoyo del público. Que se consuelen con todo lo que han acumulado como lacayos del gobierno leonelista y lo que les dejó la inercia del mismo, que ya esa bola de nieve se disolvbió con el calor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ejercer la libre expresión es comunicar al mundo tus opiniones e inquietudes... ¿Te animas?