viernes, 1 de abril de 2016

El vulgar negocito del certamen electoral dominicano.

Era mi intención escribir sobre los asuntos políticos de nuestra nación… sí, era mi intención. Cuando abrí esta bitácora tenía la firme intención de escribir sobre política, arte, noticias en general, y todas esas otras cosas que son pasajeras en el acontecer diario. Pero, estas elecciones que se aproximan le quitan la inspiración a cualquiera que hubiera pensado que como sociedad habíamos madurado. Tenemos candidatos a senadores y diputados protagonizando una persecución a plena luz del día en uno de los sectores más exclusivos de la ciudad y terminan dicha persecución con la muerte de un exrector de la Uasd, Mateo Aquino Febrillé, en circunstancias que todavía no están del todo claras, porque dizque que fue una confusión y al final él iba en un auto diferente al que transportaba a quien supuestamente estaba dirigida la agresión; tenemos un candidato presidencial en la oposición de quien creíamos daría una buena batalla por ser un individuo educado y preparado y además ser hijo de un político experimentado, mas, al final, nada de nada, todo parece un vulgar negocio donde la única razón de participar es obtener el cinco por ciento de los votos que le garanticen al partido que seguirán recibiendo los millones que nosotros les pagamos a través de la Junta Central Electoral… un negocio simple y vulgar; tenemos a un Tribunal Electoral que todavía no decide sobre asuntos de los que fue apoderado hace muchísimos meses, pero, ahora tiene que decidir sobre las objeciones e impugnaciones derivadas de las candidaturas propuestas por los partidos y que no reúnen las condiciones legales para su aceptación, mientras tanto, la J.C.E. tiene que imprimir las boletas que se usarán en los comicios donde Dominicana elegirá a más de cuatro mil representantes entre alcaldes, senadores, diputados, regidores y el presidente. Cualquiera podría esperar que esas cosas no sucedieran hoy en día y solamente queda una pregunta latente en mi mente… ¿cuándo maduraremos como nación?

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