miércoles, 6 de abril de 2016

¿Tienes un niño súper dotado en casa?

Estas son las señales que presentan los niños con altas capacidades
Son autocríticos, perfeccionistas, movidos... Conozca si tiene un niño con superdotación en su casa.
Niños que desde bebés han resultado ser precoces, diferentes, con un carácter también distinto. Suelen ser niños que, a menudo, tienen mayor capacidad, pero si esto no se diagnostica a tiempo puede tener graves consecuencias, por ejemplo el fracaso escolar. Olga Carmona, experta en Diagnóstico y Atención Psicopedagógica de Niños con Altas Capacidades, ha concedido a ABC Familia una entrevista en la que ofrece pautas a los padres para que sepan qué hacer si tienen un hijo que posiblemente tenga altas capacidades.
—¿En qué consiste tener altas capacidades? ¿Es lo mismo que ser superdotado?
—Altas Capacidades Intelectuales es un concepto que engloba, sobredotación, talento y precocidad intelectual. Simplificando mucho y para entenderlo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los superdotados son aquellos niños que tienen un coeficiente de inteligencia igual o superior a 130. El superdotado posee una excepcionalidad muy superior en todas las áreas y aptitudes de la inteligencia, es la expresión máxima de la inteligencia humana.
Las personas con talento puntúan alto en una aptitud específica (talento simple) o en varias combinadas (talento complejo), pero están dentro de la media o incluso por debajo, en el resto de aptitudes. Por ejemplo, si tomamos como referencia el modelo de Inteligencias Múltiples de Gardner, un talento simple podría dar muy elevado en inteligencia corporal –cinestésica— como es el caso de los jugadores de fútbol, pero da normal o incluso bajo en el resto.
La precocidad intelectual definiría aquellos niños que adquirieron de forma temprana algunos hitos intelectuales o psicomotrices, por ejemplo comenzaron a hablar antes de los dos años o a escribir antes que el resto de sus compañeros de edad. Todos los niños superdotados son precoces intelectualmente, pero no todos los precoces devienen en superdotados. Es decir, cabe esperar que algunos de esos niños precoces acaben por estabilizarse con el paso del tiempo, si bien no es lo más frecuente.
En ambos casos, tanto en el talento como en la sobredotación, la creatividad tiene un papel protagonista, ya que el perfil de estas personas es altamente creativo.
—Cómo se sabe que un niño tiene altas capacidades?
—A través de una evaluación completa hecha por expertos. Esta evaluación debe incluir coeficiente intelectual, creatividad, historia de vida y estado emocional, como mínimo.
Las señales
—¿Cuáles son los síntomas más evidentes y a partir de qué edades se notan?
—Son bebés muy demandantes, se sobrestimulan con facilidad, tienen un alto nivel de coordinación psicomotriz, levantan la cabeza antes del mes de vida, vocalizan dos sonidos diferentes sobre el mes y medio, dice su primera palabra hacia los 5 meses y a los 6 ya responden a su nombre.
Posteriormente aparecen otras características comunes a la mayoría de los superdotados:
Son muy intensos emocional y sensorialmente: La intensidad emocional desconcierta a los padres porque no entienden el exceso de emocionalidad en sus reacciones. La baja tolerancia a la frustración les hace estallar en rabietas descomunales, reaccionan de forma exagerada a una película triste o de miedo, muestran de forma precoz e intensa una enorme capacidad empática y un radical sentido de la justicia y la equidad.
«Es muy frecuente que se diagnostique por error TDAH a niños superdotados»
Sensorialmente describen una característica poco conocida y aún menos entendida por los padres: la hipersensibilidad sensorial. Los padres describen que a su hijo le molesta la etiqueta de la ropa, los sonidos fuertes, las luces intensas… Los niños altamente creativos y superdotados perciben la realidad de forma diferente: perciben muchos más inputs sensoriales que el resto de personas y además de forma aumentada. Esta característica puede afectar a cualquiera de los cinco sentidos: tacto, oído, olfato, vista y gusto o incluso a todos ellos. También pueden exhibir hipersensibilidad psicomotriz, es decir, son niños muy movidos, con excedentes de energía, difíciles de agotar, entusiastas, y con una inabarcable necesidad de estar en actividad, sea física o cognitiva. Es muy frecuente el erróneo diagnóstico de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDA-H) en niños superdotados, ya que el aburrimiento les lleva a la desconexión y ponen su excedente de energía al servicio del movimiento, pero nada más lejos de la realidad ya que la capacidad de concentración de estos niños es tan intensa que muchos padres refieren que parecen sordos cuando están inmersos en una tarea de su interés.
Cuestionan la autoridad y las normas si éstas no están argumentadas y tienen sentido para ellos.
Les preocupan temas relacionados con la existencia a edades muy tempranas, la muerte, la existencia de Dios, nuestro origen, la justicia social.
Memoria prodigiosa, tanto a corto, como al largo plazo y de todo tipo incluyendo la memoria eidética, que es la capacidad de recordar imágenes, sonidos y objetos con un nivel de detalle muy preciso y sin necesidad de usar mnemotecnia. Se da en niños superdotados y no se encuentra en adultos.
En la mayoría de los casos hacen un aprendizaje de la lectoescritura muy temprano y de forma autodidacta, cuando son escolarizados a los 3 años, muchos de ellos ya leen y escriben sin haber recibido estimulación ni aprendizajes previos.
Poseen un vocabulario preciso, rico y muy amplio para su edad.
Predilección por juegos de carácter cognitivo, tipo puzles, legos, etc…
Son muy autocríticos, perfeccionistas y competitivos. Gran sentido de la independencia y por tanto, de la libertad. No resultan fáciles de educar especialmente en sistemas familiares y escolares rígidos y con exceso de normas.
Suelen ser muy distraídos fuera de aquello que les interesa. La explicación está en que estos niños conviven con un cerebro que percibe todo, todo el tiempo, por lo que tienen sobrecargas sensoriales y emocionales, desorganización personal, distracción, retraso en el procesamiento de la información menos relevante, bloqueos y fatiga mental. Es común que los padres nos digan que no conciben como su inteligente hijo no es capaz de ponerse la camiseta del derecho o parecer «ido» cuando se le habla.
«Son niños están en un lugar con sus emociones y en otro con su intelecto»
Su desarrollo sigue un curso desigual, lo que los psicólogos llamamos disincronía evolutiva, que consiste básicamente en que todas las áreas de su desarrollo no siguen una evolución paralela, de manera que un niños con alta capacidad puede estar preocupado por temas existenciales y a su vez reaccionar con una rabieta ante la pérdida de un juguete. Ocurre que intelectualmente está en un lugar y emocionalmente en otro. También es frecuente que el niño quiera hacer cosas que ha pensado e imaginado pero que no puede hacerlas porque por su edad está limitado a nivel motriz, lo que produce una gran frustración y deriva en llantos de impotencia.
Cómo actuar
—¿Qué hacer cuando un niño tiene altas capacidades?
—Informarse todo lo posible para poder entender cuáles son las necesidades de su hijo, aceptarle. Vivirlo como un privilegio, no como un problema. Tener un hijo con alta capacidad es un regalo, no una enfermedad.
—El sistema educativo español no parece muy propicio para un niño de altas capacidades. ¿Qué le espera a ese alumno en un colegio normal donde no será entendido ni entenderá nada?
«No es infrecuente encontrar en estos niños síntomas de ansiedad y depresión, cuando no son diagnosticados»
—El fracaso rotundo, a nivel personal y académico. El niño se frustrará y tirará la toalla. No es infrecuente encontrar síntomas de ansiedad y depresión en niños no diagnosticados o no atendidos de acuerdo a sus necesidades. Y desgraciadamente en España, esta no es una prioridad. En el sistema público, en general, los profesores carecen de la formación imprescindible para satisfacer la demanda de estos niños y son vividos como una carga o como un problema.
—¿Si unos padres sospechan que su hijo tiene altas capacidades, qué deberían hacer?
—Acudir lo antes posible a un experto para que confirme o no el diagnóstico. La detección a edades tempranas, favorece la canalización de todo su potencial y hace que los padres empiecen entender y a empatizar con las necesidades reales de su hijo.
Ser superdotado no es una característica, es una forma de ser y por ello, una forma diferente de entender y procesar la realidad. En la infancia, esto puede resultar muy difícil porque perciben mucha más información de la que puede gestionar, el mundo se vuelve por momentos hostil, lento e incomprensible para ellos. Los otros niños tienen intereses muy diferentes a los suyos y no parecen comprenderles, incluso muchos padres que no saben que su hijo es distinto, intentan por todos los medios que se comporte de acuerdo al patrón establecido para la media de los niños de su edad, lo que da lugar a muchos desencuentros, soledades e infelicidad.
El nuevo paradigma de la superdotación y de las altas capacidades considera que las personas superdotadas constituyen el mayor capital humano de la sociedad, si sus dones y talentos se educan adecuadamente (Guía Científica de las Altas Capacidades, Gobierno de España).
Los padres somos la piedra angular en su desarrollo y su felicidad, aunque necesitamos el apoyo de otros profesionales y especialmente del sistema educativo para lograr que estos «niños-regalo» puedan desplegar todo su potencial y convertirse en inmensos bienes para sí mismos y para toda la sociedad.
«Los niños con altas capacidades se aburre ante tareas monótonas y repetitivas»
G. M. MADRID
Respecto a la forma en que el sistema educativo español incluye a los alumnos con altas capacidades, Carmen Serrano, directora Pedagógica del Colegio Balder en Madrid, opina que «el sistema educativo actual sigue anclado en una línea excesivamente tradicional donde la experimentación, la investigación y la creatividad son relegadas a un segundo plano. Hay colegios que siguen centrados en los libros de texto como único material de aula, en que los niños acumulen contenidos, sin permitirles que los vivencien y establezcan un verdadero aprendizaje significativo. Esta situación no puede ser más desmotivante para los niños con altas capacidades; ellos suelen tener intereses que no tienen porqué estar en el temario del curso y les limitamos a lo que aparece en los libros "porque han de hacer lo que los demás", cuando sabemos que se aburren enormemente ante tareas monótonas y repetitivas que nos les supone ningún reto intelectual. Estos alumnos necesitan que se les comprenda, que los adultos que les rodeamos entendamos que hemos darles espacios abiertos y flexibles donde dar rienda suelta a su creatividad e imaginación, poniendo todos los recursos necesarios a su alcance para que puedan desarrollar su talento. De no hacerlo, serán niños que se sentirán incomprendidos, desubicados y desmotivados antes un entorno escolar que no le enriquece, sino que le ahoga, pudiendo llegar a presentarse cuadros de ansiedad, problemas de autoestima y de habilidades sociales, e incluso llegar a casos extremos de fracaso escolar. En definitiva, se trata de conocer en profundidad a cada niño que tenemos delante, saber cuáles son sus intereses, sus inquietudes y necesidades para, a partir de aquí, ir ofreciéndole los recursos que necesita en cada momento de su vida escolar. El objetivo con estos niños es, además de estimular su capacidad intelectual, desarrollar todas esas cualidades que se engloban dentro de la llamada inteligencia emocional que les ayudará a sacar lo mejor de sí mismos y a integrarse de manera satisfactoria en su entorno».
fuente: ABC familia.

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