Es que nos siguen vendiendo espejitos por oro. El reordenamiento social de las ciudades modernas está orientado a reducir los gastos de combustible y desahogar las grandes metrópolis permitiendo el desarrollo de las comunidades periféricas. Por ek. Si existen dos, tres o cuatro mil estudiantes universitarios que residen en Villa Mella y Monte Plata y diariamente se transportan a las universidades y otros centros de estudios en el Distrito Nacional, si en vez de construir el metro se hubiera construido una universidad (que ya sabemos que con treinta millones de dólares (ver caso de Haití según el PLD) se construye una con cuatro edificios), nos habríamos evitado el tener que gastar tanto dinero diariamente transportando a esos estudiantes y a la vez contribuiríamos a que Santo Domingo Norte acelere su desarrollo en todos los sentidos, desde los vendedores ambulantes que prestarían servicios a esos estudiantes hasta las librerías, centro de copiados, rstaurantes, etc, que cubrirían la demanda que una obra de esta naturaleza crearía. No hay razón en insistir en compactar toda la ciudadanía en torno al casco urbano del D.N. eso no tiene sentido.
Lo mismo aplica para sectores como Los Alcarrizos y Pantoja en el oeste y también para El Almirante, Hainamoza y Guerra en el este. Con el dinero que se ha gastado en el metro se hubiera podido construir, además de universidades en los tres extremos del Gran Santo Domingo, escuelas públicas, liceos, hospitales y edificios de viviendas multifamiliares e instituciones gubernamentales. Todo esto provocaría la apertura de nuevos negocios y centros comerciales que generarían empleos y evitarían que cada día una inmensa cantidad de personas se desplace hacia el Distrito Nacional y aceleraría el desarrollo de todas esas comunidades.
El ahorro en combustible sería increíblemente provechoso, se eliminarían los congestionamientos de tránsitoy la ciudadanía aumentaría su calidad de vida. Todo eso se hubiera construido con la mitad de lo que las famosas líneas del Metro nos están costando y la otra mitad la habríamos invertido en presas hidroeléctricas y educación, lo cual resolvería nuestros dos principales males: energía eléctrica y desarrollo educacional, esto sin contar la inmensa cantidad de empleos que todo esto crearía.
Es una cuestión de simple lógica.
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