
Confieso que empecé a sintonizar el programa televisivo de la doctora Gautreaux hace un par de años y lo hice en contra de mi propia voluntad. Esto porque no acostumbro a sintonizar programas conducidos por funcionarios gubernamentales pues hastían con el servilismo indolente que exhiben. El programa de Taína, llamado ¿… y entonces? resultó diferente ante mi apreciación, su contenido variado pero fundamentalmente cultural y educativo me convenció de echar a un lado el sentimiento de rechazo hacia los programas producidos por funcionarios gubernamentales… algo me decía que Taína era diferente.
Luego salieron a la luz pública sus denuncias contra la corrupción y me sentí regocijado, emocionado y satisfecho. Me sentí en paz conmigo mismo al comprobar que mi intuición estaba cien por ciento atinada. Gracias a Dios.
Ahora la gota reventó la copa y Taína Gautreaux ha renunciado al partido morado e imagino que también a su posición dentro del gobierno y yo no tengo otra cosa que sentir y expresar que no sea mi respeto hacia tan digna representante de la mujer dominicana. Me siento orgulloso de tener una compatriota como Taína Gautreaux. Que Dios la bendiga y siga utilizando su influencia en nuestro pueblo para continuar dando un buen ejemplo.
Salud y larga vida Taína Gautreaux.
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