Escuché al merenguero dominicano "el Jeffrey" decir que al merengue lo que le falta es que los merengueros trabajen más, que hay que darle nuevos colores al merengue, que él nunca comparte tarimas con otros merengueros en fiestas patronales, pues los demás merengueros ya no acuden a esas citas con el pueblo. Entre otras cosas, eso dijo el "Canta lindo". En cierta forma él tiene razón, sólo en cierta forma. La verdad es que inciden demasiados factores en todo esto de que el merengue no sea la música más consumida en Dominicana y el mundo en estos momentos. En primer lugar están los costos de producción. Un cantante urbano va con un D.J. y se presenta en cualquier lado, se trasladan en un carrito y quizás, si el D.j. no es quien arma el sonido, su equipo de trabajo se reduce a tres personas. Por eso esos muchachos cobran dos o tres pesos y se presentan en dos o tres lugares la misma noche. Una orquesta de merengue tiene que pagarle a cerca de veinte personas para tocar una fiesta. Entre músicos, sonidistas, choferes, representantes y cantantes… eso sale caro y no todo el mundo está dispuesto a invertir tanto dinero para contratar a una orquesta merenguera. Otro asunto es la preparación artística. La mayoría de esos muchachos del ámbito urbano ni siquiera han terminado el bachillerato, prácticamente no han invertido un solo centavo en su educación artística, para ellos es una dicha que la tecnología les permita grabar un tema con par de mil pesos y salir a repartir copias por todos los barrios, copias que ellos mismos hacen. Los instrumentistas que incursionan en el merengue, la mayoría son académicos, profesionales de la música a quienes les resulta algo difícil el recibir cualquier tipo de paga por algo que a ellos les ha costado tanto. Además, grabar un merengue, un solo tema, puede costar cualquier cosa entre treinta a cien mil pesos, depende de donde se grabe y del arreglista. No es lo mismo ni es igual. Otro factor es la educación. La sociedad dominicana no es ni sombra de lo que era en cuanto al tema de valores, superación y educación. Hace apenas vente años que ni uno solo de esos cantantes urbanos que graban vulgaridades habría sonado en la radio, en eso influye la autoridad que permite que eso suceda. La sociedad es proporcionalmente menos educada que lo que era hace dos décadas. Somos una sociedad menos culta, por eso los muchachos sin educación eligen como líder a un individuo que a lo mejor no sabe ni escribir correctamente. Así de sencillo. Sí, hay que trabajar, pero, también hay que buscar la forma de abaratar los costos de los instrumentos musicales mediante la reducción de los impuestos que pagamos al comprarlos; hay que invertir dinero en empresas dedicadas a la promoción del merengue, como dije, eso conlleva mucho dinero, pero es un negocio y tiene su retorno, es cuestión de invertir sabiamente. Otra cosa que dijo el Jeffrey es que no hace falta que los merengueros estén unidos para que el merengue tenga un repunte. Ahí sí que se equivocó. Si los merengueros se unen, pueden abrir varias emisoras de radio donde sólo suene el merengue, invertir en empresas que promocionen el merengue nacional e internacionalmente, adquirir lugares de esparcimiento donde sólo toquen los merengueros, entre muchas otras cosas más. El viejo dicho que dice que "en la unión está la fuerza" no es un invento. Es sabiduría clásica y duradera.
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