viernes, 27 de julio de 2012

Perritos saltarines ladrando por sus carguitos.

El caos mayúsculo que han formado los funcionarios gubernamentales que dirigen: el Ministerio de Salud Pública, Digenor y Proconsumidor, con sus declaraciones contradictorias acerca del salami es un poquito más ridículo que las petulantes pretensiones de su jefe al creerse el único dominicano que sabe conceptualizar. ¡Cuantos charlatanes!

A los dominicanos no les toma por sorpresa, digo a los dominicanos inteligentes y pensantes, este tipo de accionar es característico del alcahuetismo y limpiasaquismo de funcionarios que desean actuar como perros saltarines delante de un nuevo presidente electo que vendrá a sustituir a su jefe. Todos quieren quedarse en el carguito, como si fuera una herencia que les han dejado.

Por eso el de salud pública, quien nunca hizo su trabajo de velar por la salud de los dominicanos exigiendo controles de sanidad a esas fábricas improvisadas de salami, ahora sale a descalificar los ridículamente elaborados comentarios de la de Proconsumidor. Al mismo tiempo el charlatanazo de Digenor, ese sí que nunca ha trabajado en ninguna norma de calidad ni con salami ni con hot dogs, le hace coro al de salud pública para descalificar el estudio aquel que él mismo y el de salud pública debieron haber hecho hace rato pero eso no es prioridad de ellos … porque ellos no saben de eso.

Pero ellos no son los únicos. Ahí salió la de educación superior diciendo que el anteproyecto de ley que quiere quitarle los fondos que deben ser asignados, para fines de investigación científica, a la UASD para repartirlos entre todas las universidades del país, dizque que ella no ha tenido tiempo de leerlo. Mire, con el carácter de hombre aburrido que esa mujer tiene no hay un solo funcionario bajo su dependencia que se atreva a publicar o a comentar siquiera un anteproyecto mandado a hacer en su ministerio sin que ella lo apruebe. Pero hay que cuidar el carguito.

En esas mismas está el famoso fiscal anticorrupción, ahora es cuando empieza a someter expedientes que hace años debieron estar en justicia. ¡Que buena pela!

El otro día escuché al charlatanazo de cultura diciendo que a ellos nunca le dieron un presupuesto adecuado para poder llevar a cabo todos sus planes y bla, bla, bla. Ese le echó la culpa a los asesores presupuestarios de Leoncio. No se quizo calentar con el afro. Lo que yo quiero que él diga las razones por las cuales nunca antes emitió tales comentarios.

Ahí se va el progreso y la estabilidad de los afristas. ¡Gracias a Dios que se van!

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