Esta mañana se dieron cita frente al congreso nacional dominicano centenares de personas que reclaman mayor presupuesto para la lucha contra los femenicidios. Decenas de organizaciones civiles se pusieron de acuerdo para que hoy sea un día de luto nacional y los ciudadanos que apoyen el movimiento se vistan de blanco, negro o gris en memoria de las víctimas de la violencia intrafamiliar.
La cita se dio frente al congreso entre siete y nueve de la mañana. Todos los programas televisivos coincidieron en la importancia del evento y le dieron de una u otra forma algún tipo de cobertura al mismo.
La verdad es que por muy positivo que sea el hecho de llevar a cabo este tipo de convocatoria, de cerca o de lejos se nota la desesperación de un pueblo que no encuentra solución a esta situación de inseguridad que se vive dentro y fuera de nuestros hogares dominicanos.
Creo que lo primero que hay que hacer es identificar las causas de este mal para luego saber como combatirlo. La criminología auxiliada directamente de la sociología, la sicología y la siquiatría deberían ser las herramientas que nos ayuden a entender lo que está sucediendo. Primero identificamos las causas y luego las combatimos con energía y sin desmayar. Pero ya estamos perdiendo mucho tiempo en palabras, es hora de actuar.
Unos dicen que el avance y desarrollo de la mujer se enfrenta al machismo y trae como consecuencia que los machistas al no poder controlar este desarrollo femenino desembocan en violencia. Eso por un lado. De otro lado están los que argumentan que la principal causa es que el desempleo femenino es siete veces mayor que el masculino y eso provoca que la mujer sea dependiente del hombre y no se atreve a abandonar el techo donde se le maltrata pero donde recibe también el sustento y al final le trae consecuencias fatales. Como se ve estas dos variantes se contradicen entre sí pero las escuchamos todos los días por los medios… patadas de ahogados diría un profesor que tuve una vez.
Hay que estudiar esto con seriedad y elegir un plan de acción contundente para que esto se acabe. Todo lo demás es pura palabrería.
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