El asuntito ese de que el juez de la ejecución de la pena cambiara a prisión domiciliaria el estatus de Álvarez Renta a nadie sorprende en toda la geografía nacional. Es más, me atrevo a pensar que si alguien se sorprende es porque no había pasado con anterioridad.
Sí, porque todos sabemos que con todo ese dinero que Álvarez Renta tiene, fruto del botín que él, Vivian Lubrano y Ramón Báez Figueroa, entre otros más se repartieron con el lío del Banínter, con ese dinero bastaba y sobraba para que él comprara su libertad hace mucho tiempo.
Lo que pasó es que el caso Banínter hizo mucho ruido, tanto que todavía no se aplaca del todo, y eso dificultó que los imputados hicieran las movidas que la gente de dinero acostumbra a hacer con la justicia dominicana.
Ya uno no sabe si es verdad que el hombre está tan enfermo que necesita ser enviado a su casa a recibir cuidados paliativos. El primer pensamiento que llega a la mente de uno es no creer y desconfiar, eso por las experiencias pasadas, pero tampoco está uno seguro de que la apelación del Ministerio Público no sea tan sólo parte de guardar las apariencias delante del público y otros asuntos se mueven detrás de las cortinas como si fuera otra obra de teatro más.
Es así porque ya aquí uno no encuentra en quien creer ni sabe que pensar sin temor a llegar a equivocarse. Ya ni nos preguntamos quien podrá defendernos porque el Chapulín Colorado es mejicano y ellos tienen sus propios asuntos que resolver.
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