En nuestra nación existen muchas, muchísimas, actrices talentosas, aunque usted no lo crea. Existen tantas actrices buenas y con experiencia, muchas de ellas egresadas de la Escuela Nacional de Arte Dramático, que uno a veces ni entiende como es que nuestras películas exhiben tan poco material femenino de calidad. Increíblemente nos hemos acostumbrado a las protuberancias siliconadas ornamentales y sensualmente provocativas, y hemos dejado de lado el talento y la preparación. Funesto error.
Los cineastas dominicanos deberían estudiar la historia del cine, especialmente les recomiendo que indaguen la trayectoria del cine mexicano. Sí, porque hubo un tiempo en que los mejicanos tenían el liderazgo en cuanto a calidad y cantidad de películas filmadas. Incluso en México hacían más y mejores películas que los estadonidenses.
¿Qué pasa hoy en día? Nada, que a ningún mortal se le ocurre comparar siquiera el cine norteamericano con ningún otro cine que se haga en este continente. Es como si los gringos dictaran las pautas de lo que debe o no hacerse. Así es la cosa. Es que ellos apuestan a lo mejor todo el tiempo.
Lo que nos conviene, a los dominicanos, es comenzar desde ya a realizar películas de calidad interpretativa que nos permitan seguir escalando peldaños en el mundo de la pantalla grande. Enseñemos al mundo lo mejor que tenemos y subamos de nivel nuestra proyección internacional. Talento tenemos de sobra.
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