Lo que ha costado la modificación constitucional posiblemente nunca lo sabremos. Apagones que no se reflejan en una rebaja de la factura eléctrica, interminables tapones que chupan galones y galones de combustibles que como quiera hay que consumir; más combustibles consumidos por las plantas eléctricas, todo por culpa de los mencionados apagones… nunca sabremos cuanto nos está costando la modificación a la constitución. Todo porque la gente detesta tanto al león que prefiere mil veces pagar la modificación que tener que soportar de nuevo su equipo de corrupción.
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