Podría parecer mentira, algo inimaginable e inconcebible pero en realidad existe una paralización de diversas actividades: comerciales, culturales, artísticas, sociales, etc. Todo debido a las elecciones presidenciales dominicanas que sucederán el próximo 20 de mayo.
No es relajando. Ayer mismo escuché a la cantante Marcel decir a Carlos Batista que su próximo disco no saldrá al aire hasta que se haya terminado el capítulo de las elecciones. He escuchado a más de uno comentar que ni venden ni compran hasta que todo esto pase. La verdad es que estamos lejos de confiar en que podemos tener una verdadera sociedad en desarrollo. En algunos países industrializados la vida sigue su curso de un modo tan natural que uno ni se entera, a menos que lea los diarios, de los acontecimientos políticos de tal envergadura. Claro, en esos lugares no invaden el espacio público con miles de vallas publicitarias de los candidatos políticos, tampoco contaminan el medio ambiente con ruidosos camiones cargados de bocinas con estruendosos ruidos que anuncian la llegada del cambio que nunca llega, mucho menos ocurren salvajes marchas caravanas de gente caminando a pié mientras otros avanzan en lujosos autos para dar muestra de un poder que sólo busca sugestionar a los incautos y amedrentar a los contrarios. Todo eso pasa en mi país.
Ni
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