¿Cuánta gente más tendrá que morir en los colmadones antes que los dominicanos entendamos que eso de tomar alcohol en las aceras es extremadamente peligroso? Ahora le tocó al hijo de Claudio Caamaño, una pérdida lamentable, el muchacho llamado Claudio Francisco Caamaño Vélez sólo tenía 26 años de edad, estaba compartiendo con un amigo y la bala que le quitó la vida ni siquiera estaba dirigida a él. Horrible tragedia.
Señores, es que eso de los colmadones es solamente comparable a las cantinas del viejo oeste, donde hasta a los comisarios los mataban por un "quítame esta paja." Repase nada más cualquier periódico y verá la enorme cantidad de gente que ha muerto en colmadones en los últimos años. Imagínate, gente que a veces sale de trabajar y se sienta a compartir con amigos, otros que son delincuentes en busca de víctimas a quienes atracar, otros que andan vendiendo estupefacientes, otra que anda en busca de dinero a cambio de favores sexuales… por más que usted le busque la vuelta, eso es un sancocho de berenjena con mango y chorizo. Eso no pega con nada de nada. Volvamos a los tiempos en que se tomaba alcohol de otra manera, porque a los dominicanos nos falta mucho antes de entender el daño terrible que produce el alcohol tomado como si fuera un evento deportivo, pero volvamos a tomarlo en lugares cerrados, donde no demos malos ejemplos a los chicos que van creciendo, donde se controle el acceso de personas armadas, donde no se sienten juntos mansos y cimarrones… en fin, donde usted tome con quien decidió hacerlo y no con el barrio entero.
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