Se sabe que el acto delictivo de comprar cédulas es muy viejo en la práctica electoral. También se sabe que los grandes partidos lo hacen siempre. El asunto es que el partido oficialista lo hace con nuestro dinero y por lo tanto tienen más capital a su disposición.
Yo lo escribí aquí mismo antes, el que tenga más saliva comerá más hojaldres, o sea que aquel que impida que le hagan más trampas y haga las suyas mejor hechas es quien gana las elecciones en República Dominicana.
El PRD se puso a anunciar que ellos también tenían medios de represión, resultado final: apresaron a decenas de exmilitares, incluido un general retirado, fuertemente armados en los alrededores de los centros de votación. Estos sujetos aparentemente estaban apostados estratégicamente para impedir que en las zonas donde los dos partidos sabían que el PRD tenía mayor dominación se les compraran cédulas a sus simpatizantes. La policía electoral actuó solamente en contra de los del partido blanco y dejó las puertas abiertas a funcionarios oficialistas y hasta congresistas para que hicieran sus maniobras. Más bueno que es así.
En estos tiempos de tecnología no era necesario utilizar la violencia para demostrar la comisión del delito de compra de cédula. Lo único que había que hacer era apostar personal, no con armas de fuego sino con computadoras y cámaras especializadas, para que tomaran las evidencias y las subieran inmediatamente a la web. Eso era todo.
Pero el PRD dizque con un centro de cómputos más moderno que el de Bill Gates y se dejan coger de pendejos. Bárbaros que son.
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