Los Estados Unidos han formado toda una controversia nacional con las palabras que dijo su presidente, el señor Obama, acerca de que él está de acuerdo en que los homosexuales puedan contraer matrimonio entre ellos. Los gringos no se callan con eso.
Muchos opinan que sus declaraciones no son más que una estrategia para conseguir votos en su carrera por la reelección presidencial. Es muy probable que así sea.
Otros más puritanos alegan que los derechos humanos confieren a cada persona la libertad de actuar del modo en que le parezca mejor en cuanto a su vida personal se refiere. Hay incluso algunos que comparan la exigencia de los gays con los reclamos que en los años sesenta y setenta hicieron los negros para que se les respetara sus derechos. No es lo mismo la gimnasia que la magnesia.
Ya salió a relucir el comentario de que si a los gays y lesbianas les permiten contraer matrimonio entre ellos como si nada, dentro de par de días habrá un grupo de individuos exigiendo que se les conceda el derecho de casarse con dos o tres parejas a la vez. Seguro que en seguida se forma una asociación de polígamos dominicanos que lucharán para que se permita que un hombre pueda tener a sus dos o tres esposas viviendo bajo el mismo techo. ¡Huyyyy!
Seguimos.
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